La demencia es una enfermedad caracterizada por el deterioro y el deterioro de la memoria, el lenguaje, la resolución de problemas y otras habilidades cognitivas, lo que afecta negativamente la vida de una persona. Si bien se asocia comúnmente con las personas mayores, la demencia también puede afectar a las personas más jóvenes.
Si le preocupa que un ser querido o alguien que conoce tenga demencia, debe alentarlo a que consulte a un médico. Sin embargo, antes de hacer la sugerencia, debería pensarlo seriamente. Sería mejor si primero intenta detectar algunos signos de que realmente están experimentando los primeros síntomas de la demencia.
Sea consciente de los signos de la demencia.
El olvido no es el único indicio de que alguien puede tener demencia. Todo el mundo lo experimenta y no es algo que deba considerarse anormal. Una persona generalmente necesita mostrar al menos dos tipos de discapacidad que interfieren con sus actividades diarias.
Aquí hay algunas señales de las que debe estar atento:
- pérdida de memoria que afecta la función diaria
- dificultad para realizar las tareas diarias
- tomar más tiempo para hacer las tareas de rutina
- cambios en la personalidad, el estado de ánimo y el comportamiento
- periodos de confusión mental
- dificultad con tareas que requieren concentración y planificación
- mayor imprevisibilidad emocional
- dificultad para seguir instrucciones
- perder el entusiasmo o el interés en las actividades regulares
- ser vago en las conversaciones diarias
Consultar con familiares y amigos
Si cree que su ser querido tiene demencia, consulte con otras personas cercanas a él para confirmar sus sospechas. Asegúrese de hacerlo de manera respetuosa para evitar heridas o vergüenza. Recuerda que tu principal objetivo es verificar si otros han hecho observaciones similares y no difundir rumores o chismes que puedan lastimar a la persona en cuestión.
Anime a su ser querido a ver a un médico
Si ha notado que su ser querido muestra síntomas de demencia, el siguiente paso es alentarlo a que consulte a un médico para una evaluación adecuada. Hablar con ellos sobre los cambios que ha observado puede resultar difícil, por lo que es fundamental crear un espacio seguro donde ambos se sientan cómodos y puedan expresar sus pensamientos libremente.
Puede comenzar hablando de las cosas que ha notado, como casos en los que tuvo problemas de memoria. Puede preguntarles si se debe al estrés o la falta de sueño. Luego puede exprimir que puede ser el momento de consultar a un médico solo para ver qué está sucediendo.
Si no está particularmente cerca de la persona, puede dirigirlo a alguien que la conozca bien. Dígale a esa persona sus observaciones y averigüe si ha notado las mismas cosas. Es posible que estén más dispuestos a ver a un médico una vez que haya hablado con ellos sobre sus síntomas, especialmente si ellos mismos también han notado los cambios.
También debes estar preparado para recibir una reacción negativa. Algunos pueden dudar en consultar a un médico porque están preocupados y asustados, lo cual es una reacción natural. Si la persona tiene demencia, su condición la disuade de reconocer los cambios en sí misma, lo que resulta en su negativa a consultar con un médico. Si siguen dudando, puede encontrar una razón diferente para animarlos a que consulten a un médico, como un chequeo físico de rutina.
Conclusión
Lo mejor que puede hacer por su ser querido que tiene demencia es ofrecer su apoyo y asistencia. Puedes ayudarlos a reservar su cita e incluso acompañarlos. También puede ayudarlos en su rutina diaria, como recordarles que tomen sus medicamentos y completar tareas esenciales.
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